sábado, 17 de noviembre de 2007

esta mañana

Creí morir cuando sono el despertador esta mañana para venir aquí, ya había creido morir cuando ayer tuve que escapar de una cena porque hoy tenía que amanecer temprano. Yo, con el día, con la helada. Creí morir cuando salí a la calle, provista de multiples capas, y aun asi el frío oradaba mi piel. Creí morir cuando pasaba por la Emilio Hurtado y me sangraba la nariz y me dolían los oidos.
Siempre odié madrugar, siempre odié madrugar en sábado, siempre odié madrugar en sábado de invierno.
Odio el cap.

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