domingo, 25 de noviembre de 2007

Cómo escapar al cap



Siempre, siempre, siempre odié los domingos y los lunes, ambos peleando por cual de los dos era peor. Siempre, hasta ahora... desde que hago el C.A.P. los domingos me gustan porque quedan 5 días hasta el viernes tarde, la tortura, aunque el madrugón del sábado no desmerece en absoluto a su lado.
Ayer despues de clase me fui a recoger unas setas, no hay mejor manera de olvidar este suplicio que me ocupa los fines de semana...
Paseito por el pinar navaja en mano, con la cesta, apariencia de caperucita macarra... relax en el frio, relax y bienestar, lejos de la gente, aunque el hayazgo de latas de aceite o envoltorios de huevos kinder siempre te recordará que el genero porcino/humano esta presente.
Tengo que pensar en mi web-quest
No me voy a preocupar
Es domingo
Ahora me gustan

sábado, 17 de noviembre de 2007

esta mañana

Creí morir cuando sono el despertador esta mañana para venir aquí, ya había creido morir cuando ayer tuve que escapar de una cena porque hoy tenía que amanecer temprano. Yo, con el día, con la helada. Creí morir cuando salí a la calle, provista de multiples capas, y aun asi el frío oradaba mi piel. Creí morir cuando pasaba por la Emilio Hurtado y me sangraba la nariz y me dolían los oidos.
Siempre odié madrugar, siempre odié madrugar en sábado, siempre odié madrugar en sábado de invierno.
Odio el cap.